"...es que esto de escribir es un dolor que nos viene horadando de continuo, que nos nace de pronto como nace de nuevo un corazón que estaba muerto..."
"Vicente Martín Martín"

miércoles, 3 de abril de 2013

Quería decírtelo



 
Hace mucho que no estás, que tu voz


se fundió con el vaivén de las sombras,

en mitad de mis sueños o mis sábanas,

en mi nostalgia angosta

o los arrabales de una noche desierta.

 

La locura me ha vencido y mi alma

es un péndulo a deshoras recorriendo

las pálidas esquinas de una sala de espera,

un rezo hacia dentro

y el egoísmo, ciego, de borrar

toda frontera inexacta al alcance de un párpado.

 

Tal vez nunca estuviste y aquella noche

sólo fuera un granizo en un recital de agosto,

que los besos de entonces, rehogados en whisky,

no asustaran a nadie y en tus recuerdos

sólo habiten cenizas sin nombre ni apellidos

como las de un poeta aparte,

sin más trinchera que un paraguas

para detener el tiempo.

 

No fue así para mí, quería decírtelo,

aunque ese mismo whisky me enturbie todavía

y tus brazos me parezcan espuma

o tus labios arrecifes donde matar la culpa.

 

Aunque ya no estés y la vida,

ésta que pasa con agonía de desahuciada,

me obligue al cobijo.

 

Tenía que contarte

que la oscuridad se sigue vistiendo con susurros

nacidos de tu boca, que las alas

se me tiñen naranjas al albor de un domingo

y puedo volar tan alto, tanto,

que los ojos me imploran clemencia

desde este presente de asfalto y multitudes.

 

No, no estás

derrumbando con tus latidos mis catedrales blancas,

no con tu mirada

ni con tu piel al alcance de una diana incierta.

 

Pero sigues estando, quería decírtelo,

encerrado en un puño,

al impacto certero de todo deseo

o el epicentro fluorescente de cada madrugada

aunque las palabras, mucho antes de intentarlo,

se me mueran en los labios.

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