El centro del mar, así es la noche hoy,
un vaivén tranquilo, sosegado y húmedo
donde fingirse náufrago de los días,
una paz salada en las comisuras,
una sombra elástica con timón de humo
y una golondrina sin venir a cuento.
Es la noche, el silencio eterno
y la palabra exacta,
la música quieta, el reloj rebelde,
los ojos a medias y el alma injertada
en las alas de un insecto.
Tú, la noche inmensa y tú, con
su inmensidad cuajada en tu cintura,
tú desgranándote en las farolas,
en las resacas de la luna
y en el vientre azul de las luciérnagas.
Tú y el mar, con las caracolas murmurándote
en el pelo,
con el rumbo a tientas y la infinitud
del horizonte entre tus labios.
La noche, el mar y tú,
hermosa trilogía del alma para vivir
sin prisas por la aurora.
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