Y ahora cómo
se escribe esta muerte,
cómo se dibuja
un dolor en esos muros
que
acapararon, antes, las tibiezas del alba.
Cómo romper,
solo con un grito,
la noche que
se cierne sobre los cristales del mundo,
el sollozo de
un remiendo,
cómo devastar
la cariátide de un beso
cuando en sus
labios rotos
se erige la
sombra de todos los estigmas,
cómo
aprisionar en un puño las semillas
de una promesa
incierta
si el futuro
se acurruca entre tus manos
como un
almíbar espeso
que nunca se disfrutó
en la boca.