Y ahora cómo
se escribe esta muerte,
cómo se dibuja
un dolor en esos muros
que
acapararon, antes, las tibiezas del alba.
Cómo romper,
solo con un grito,
la noche que
se cierne sobre los cristales del mundo,
el sollozo de
un remiendo,
cómo devastar
la cariátide de un beso
cuando en sus
labios rotos
se erige la
sombra de todos los estigmas,
cómo
aprisionar en un puño las semillas
de una promesa
incierta
si el futuro
se acurruca entre tus manos
como un
almíbar espeso
Dime cómo se
amamanta un destino
si en sus
bordes no tiene lugar la siembra
de una
multitud perdida,
de qué forma
se engalanan los ángeles
si las alas
son aguja de desierto
en los pies
descalzos
y los sueños, como
espejo concéntrico,
engullen a los
muertos más cercanos
con su lengua
de olvido contrahecho.
Ahora cómo se
deshilacha un amor
que se tejió
con la luz de los inviernos,
cómo se
aprende a dividir sin saber de restas,
cómo se camina
hacia atrás con los tobillos inversos
o se aniquila
en la memoria la pisada
de un rostro
incandescente
para amar su
espalda.
De qué forma extraña
seríamos sin sospechar
una estrella
polar en cada meta,
en qué
columpios de nubes meceríamos nuestras dudas
hasta
quedarnos solos en el parque
o cómo
ensamblaríamos los ojos
sin la
existencia previa de un camino invisible
para mirarse
oblicuos.
Quizás
seríamos la hoja duradera
que subsiste
al canto ciego de las flores,
tal vez el
recuerdo
que se aferra
a las aristas como un rezo
por temor a perderse,
no seríamos
nada
que no pudiese
desmembrarse en algún libro,
recorreríamos
nuestra piel como sus páginas
y al final nos
nacerían utopías
en el cristal
de los relojes moribundos.
Seríamos
pliegue de fantasma
intentando
asustarse de sí mismos.
Bésame y
seamos geometría,
conjugación de
dos tiempos imperfectos,
escalofrío en
la sed ignota de dos placas tectónicas
que, con su
afán, convocan al desastre
y no te
arrepientas
aunque en las
manos, solo un instante luego,
nos crezcan
clepsidras donde asfixiar el tiempo.
El primer verso me llega y me traspasa y el poema le hace honor en toda su extensión. Hay mucho que destacar en este lenguaje propio que atesoras y en el que sabes expresar sentimientos que nos hacen pensar en los nuestros y ponen de manifiesto la habilidad y la delicadeza con las que envuelves lo poético que se puede sacar de la cadencia de todos los días.
ResponderEliminarUn abrazo.