"...es que esto de escribir es un dolor que nos viene horadando de continuo, que nos nace de pronto como nace de nuevo un corazón que estaba muerto..."
"Vicente Martín Martín"

lunes, 23 de enero de 2017

Mire donde mire

 Mire donde mire hay un cristal roto,
un quiero ser sin techo,
una lámpara
que dejó de alumbrar pasos hace mucho,
una radio en silencio.

En los dos lados del mundo es madrugada,
no hay nadie despierto
a quien preguntar la próxima estación,
no se mueve la luna ni los árboles
regalan a esta hora ese murmullo
que sólo escuchan las almas
a punto de partirse.

Las líneas de mis manos se han tomado un descanso
y el destino no existe,
sólo una cicatriz en otra que endurece la carne,
un llanto sobre otro delimitando un puerto,
una esquina infinita donde sorprenderse.

El dolor no sabe desplazarse en círculos
ni seguir el rastro,
es un beso de amante que recuerdas a medias,
un resplandor intenso
que se te antoja sol por un momento
y se va muy despacio,
gota a gota.

Mire donde mire hay un reloj sin tiempo
buscándose las huellas,
una cometa herida,
un epitafio,
un dedo que te apunta y que se ríe
de todas tus montañas.

Podría helarme en un espejo o escribir
y en cada sílaba hueca resguardar el soplo
donde volar el alba,
secarme las lágrimas y construir en su sal
enredaderas
con que amarrar el cielo cuando escampe.

Porque mire donde mire
hay una piedra donde tropezarse
o acaso lanzar
hasta hacerla destello sobre el agua.


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