Que se pierdan tus pasos
en la bifurcación de un suspiro indeciso,
que tus manos se enfríen y tu voz no insista
en componer
los estribillos del alma.
Si seguimos buscando en los glaciares
agujas encendidas
no nos quedarán destellos para engalanar la noche,
se nos cansarán los besos y nuestros latidos
serán simples esperas en la curva
de un péndulo incansable.
Que se mueran tus labios en el filo de mis versos
y los gorriones
se lleven tu sonrisa a otro arco iris desnudo,
que tu nombre desista de circundar mi boca
y el sol de mañana reemplace
la agónica bisectriz de mis párpados
por su amnésica luz y su recién estrenado escenario.
Solo así podré dejar de buscar mi destino
en las estelas del llanto
y seguir viviendo sin remiendos en las huellas.
De "Sin remiendos en las huellas", premio Florencio Quintero 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario