Ahora que no hay noche ni mañana
separadas por paréntesis de sueños,
que todo es la misma cosa,
que las horas navegan en el mismo
barco condenado
Ahora que el silencio ha cubierto
con su manto de agujas las
canciones,
que los verbos parieron monosílabos
y la tinta de las notas musicales
se deja caer desde los pentagramas.
Ahora que los besos ya no saben a
nada,
que los cuerpos exprimidos se
endurecen
tapizados con escamas de renuncia,
ahora que las ganas se durmieron para
siempre
y un corazón de cerámica adorna la
chimenea,
ahora, solo ahora, es cuando
quisiera
no haberte pedido que te fueras.
De "Silencios de piedra", 1º premio poesía Calamonte Joven 2009
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