"...es que esto de escribir es un dolor que nos viene horadando de continuo, que nos nace de pronto como nace de nuevo un corazón que estaba muerto..."
"Vicente Martín Martín"

domingo, 2 de octubre de 2016

El amor que anhelo

Ahí estáis,
con los alientos dibujando avenidas huecas,
entrelazando palabras del amor de otros
y suspirando por segundos ingobernables.

Casi podría deciros que me dais pena,
con esos cuerpos de plástico y el alma
en niveles mínimos de batería.


Yo no quiero ese amor, yo sueño
con otras cosas mucho menos perfectas,
tullidas, inexactas,
suspiro por el canto intermitente de una cigarra pálida,
por un mapa de gestos y los arrabales
de un bolero entrañable.

Yo no quiero un querer con gabardinas
ni un cuento que guardar bajo la almohada,
no deseo enfrentarme a mis penumbras
con una cerilla húmeda
y el embrión de un cilicio entre los muslos.

Solamente ansío,
si no es mucho pedir,
un beso y un contrato de espuma,
sólo una paz sin contratos
y un estuario en el que naufragar
las miradas agridulces.

Lo demás no importa, las modas pasan
y el alrededor es un sueño gobernado
por un chasquido de párpados,
los hombres
pueden llegar a ser tan grises como azules
y las voces la última bandera a conquistar.

Yo anhelo un amor de los callados,
de aquéllos
que no llevan las angustias empolvadas
ni huelen a antiguo
y, sin embargo,
sobreviven a los embistes del tiempo,
uno de tantos que han sabido vivirse
con la humildad de un pedazo de pan y queso,
de los que agotan las entradas por la incertidumbre
y, al acabar,
en mitad de un silencio de horas,
todavía subsisten a los encomios.

Soy así de simple,
así de ilusa,
no quiero grandes trampas ni grandes escenarios,
sólo una piel sin vuelta
y un globo donde esculpir el mundo.


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